domingo, 30 de diciembre de 2007

La ciudad de la música





La llaman así, y con toda la razón del mundo. Incluso en nuestro caso, el motivo para ir era un concierto...Queríamos ver a Arcade Fire en todo su esplendor, sin ruido de festival de fondo...pero creo que ya he escrito bastante sobre Regine y Win.

Músicos callejeros por el Graben y eso que estábamos a bajo cero. Conciertos gratis en el Conservatorio para ver como se desenvuelven los estudiantes -no voy a mentir, la excusa era entrar en calor-. Estrellas de la fama de Bach a Mahler por el suelo. Hasta los taxistas llevaban música clásica (es que si no me monto en un taxi -o en varios- en las ciudades que visito, siento que me falta algo...).

Y por algo también la llaman la ciudad imperial. Los palacios, inmensos, tenías la sensación de que de un momento a otro te iban engullir. Estuve en el de Hofburg y en el Belvedere. El primero es conocido como el de Sissi, el segundo es famoso por albergar la mayor colección de obras de Klimt y Schiele.

Del triunvirato pictórico austriaco (Klimt, Schiele y Kokoschka) nunca he tenido un favorito claro. Hace años hubo una exposición en la Juan March de los tres juntos que me impresionó mucho y que hizo que, desde entonces, me fuera difícil separarlos, pese a sus obvias diferencias. De Klimt parece que está todo dicho: el uso del oro, sus retratos femeninos, las composiciones de personajes. Sólo puedo verter mis impresiones: más que "El Beso" me impactó "Judith", la expresión de sus ojos, cuando te encuentras delante del lienzo, turba; y, me parece una visita obligada ir al Edificio de la Secession y disfrutar del Friso de Beethoven, inspirado en su Novena Sinfonía. De Schiele, me gustan sus mujeres semidesnudas de músculos desdibujados y largos, las miradas intensas, los autorretratos, pero siempre me quedo con un cuadro pequeño, un paisaje, "Cuatro árboles" que me dicen muchas cosas. Y Kokoschka y sus retratos psicológicos y la expresión de la angustia, quizá el más oscuro de los tres, pero quizá, también, el que más fuerza imprimió a sus obras.

Pero no todo fue música y pintura... Si eres cervecero disfrutas como nunca y, si te gusta comer bien, aún más. Creo que la media estuvo en litro de cerveza por comida...

El único "pero", el carácter de los lugareños...por lo general, muy huraños y, por supuesto, el frío, en grados negativos, nevando y con viento, a 10 de noviembre. Lo describió perfectamente un sevillano, amigo de un amigo, que vive en Viena desde hace años. Al preguntarle que qué tal estaba allí soltó: "Mú bien, si no fuera por er clima y los austriacos..."

Y, para acabar, es imprescindible subirse a la noria del Prater y tararear la banda sonora de "El Tercer Hombre": tirorirorí, rarí rarí...tirorirorí, rarí, rarí...




No puedo evitar decir algo del concierto de Arcade, aunque sólo sea un detalle. Tocaron una de mis canciones favoritas...


viernes, 21 de diciembre de 2007

Completamente viernes

Por detergentes y lavavajillas,
por libros ordenados y escobas en el suelo,
por los cristales limpios, por la mesa
sin papeles, libretas ni bolígrafos,
por los sillones sin periódicos,
quien se acerque a mi casa
puede encontrar un día
completamente viernes.

Como yo me lo encuentro
cuando salgo a la calle
y está la catedral
tomada por el mundo de los vivos
y en el supermercado
junio se hace botella de ginebra,
embutidos y postre,
abanico de luz en el quiosco
de la floristería,
ciudad que se desnuda completamente viernes.

Así mi cuerpo
que se hace memoria de tu cuerpo
y te presiente
en la inquietud de todo lo que toca,
en el mando a distancia de la música,
en el papel de la revista,
en el hielo deshecho
igual que se deshace una mañana
completamente viernes.

Cuando se abre la puerta de la calle,
la nevera adivina lo que supo mi cuerpo
y sugiere otros títulos para este poema:
completamente tú,
mañana de regreso, el buen amor,
la buena compañía.


Luis García Montero "Completamente viernes" 1998




Cada quinto día de la semana, desde hace un tiempo...me martillea este poema en la cabeza.

lunes, 3 de diciembre de 2007

Viva



Que sí, que lo estoy, que no he sufrido una muerte súbita por un ataque de risa, no he desaparecido de la faz del planeta aunque siga adelgazando...(tengo que imponerme frente a los nervios y poder tragar algo más que humo), no me caí de la noria del Prater de Viena y ni siquiera he cogido catarro alguno contra todo pronóstico -por mi predisposición y mi amor a las faldas para jugármela contra el frío...-.


Estoy viva, quizás, más viva de lo que jamás había llegado a estar.


En próximos capítulos, Viena, Arcade Fire y Roy Batty