La vuelta a Madrid ha sido tan intensa que este año la depresión post-vacacional sólo ha podido durar minuto y medio del café del lunes. Como he comentado muchas veces con Alfonso, septiembre es el comienzo real de año, el momento de la siembra de buenas intenciones, la oportunidad de cambiar lo que, tras las reflexiones en la tumbona, se ha reconocido como erróneo, innecesario o, simplemente, feo.
Y éste se presenta eminentemente formativo: académica (Másters del Universo preparaos, que voy), automovilística (que ya me vale) y corporalmente (los gimnasios y yo). Mi propósito es poder tomármelo todo con cierta calma, sin agobios y sin comida de uñas constante...
¿Las vacaciones? Conseguí llegar a la indolencia absoluta: la gran preocupación diaria era analizar la evolución de las nubes. Baterías recargadas. Y a empezar de nuevo.
4 comentarios:
bien bien bien...más blog!!!
como me gusta madrid...
Feliz Año Nuevo!!!
Eso, eso; carnet de conducir, que yo lo he aprobado hoy. Y yo que pensaba que había nacido para tener chófer....
Mañana 8 es un gran día, ¿eh?
Muchos besines, prima
Bienvenida!! esperamos más cositas por este rincón.
yo ya llevo activa una semana, pero aún lo llevo mal :S
un besote
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