martes, 27 de marzo de 2007

La llamada de la selva


Siempre fue la tristeza
un dócil animal de compañía
con el que yo he jugado algunas tardes.
Sin apretar los dientes me estiraba del brazo,
paseaba conmigo, se sentaba a mis pies
en los fríos inviernos.
En los días aciagos, por probar su obediencia,
le lanzaba mi alma, y ella me la traía
dulcemente empapada en su aliento doméstico.
Siempre fue la tristeza
un dócil animal de compañía,
que hace tiempo ha adoptado
esta fea costumbre de morder a su amo.

Vicente Gallego "La plata de los días"

Siento repetirme con Vicente, pero es que la herida del mordisco parece que quiere volver a sangrar. Y me toca lavar y tender todas las antiguas vendas que vea por casa para evitar la hemorragia. Por cierto, pese a todo, 7 días, 5 horas y 58 minutos sin comerme las uñas.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Está muy bien eso de no comerse las uñas, felicidades.

Uhm, tristeza... No creo desear hablar de ella ahora mismo puesto que tuve que asumir sus continuas visitas como algo que equilibrar en mi existencia. Tristeza. Lo que pude llegar a amarla y lo que la repudio ahora como un obsequio feo que no sabes cómo quitarte de encima.

Por suerte, anestesia tengo: películas de zombis y fantasias interminables. Espero que una de ellas me lleve a Madrid en breve.

Chichabel dijo...

Yo también he tenido que equilibrar mi existencia en torno a sus visitas, pero conseguí extirparla. Lo malo es el miedo a que recuerde el camino de regreso.

Mi anestesia es quitarle ese velo gris a la realidad, ir poquito a poco, fijándome en los pequeños detalles, alegrándome porque, por ejemplo, hoy soy afortunada y he visto (y oído) por segunda vez como se encienden los chorros de las fuentes de Colón, a falta de mar...Sonreir por pequeñeces...

Y qué fantasía interminable te va a traer por aquí?

inesyalfon dijo...

hola! te voy a soltar un rollete de psicóloga...

la triteza implica pérdida, pérdida de una parte de nosotros mismos o de nuestra vida.

aparentemente lo que perdemos son cosas/personas/relaciones. porque elegimos otras cosas/personas/relaciones...y es que es una putada, pero no se puede tener todo!o simplemente porque esas cosas/personas/relaciones desaparecen, se diluyen, dejan de estar disponibles...

pero en realidad lo que perdemos es a esa inés que se miraba al espejo y pensaba...umm...hoy estoy hasta buena! (como ya he dicho en mi blog estoy en fase de no/sí aceptación de mi proceso de envejecimiento...que pasa?!) o a esa chichabel que pensaba que iba a ser deportista de élite con el equipo de natación sincronizada del cole ;-)

lo genial es que no perdemos identidad, sino que cambiamos de identidad. Ahora cuando me miro al espejo soy capaz de ver más allá de delgada/gorda, y soy capaz de apreciar que hoy estoy hasta buena porque tengo un color de pelo bonito o una piel suave...soy capaz de leer tu blog y pensar...lo que hubiera perdido el mundo de la abogacía sin la futura directora ejecutivísima del mejor despacho internasional con sedes en londres y en madrid!

muchos besos!

Chichabel dijo...

Inés, muchas, muchas, muchiiiiiiiiiiiisimas gracias!!!

Me has dado mucho en lo que pensar...

Yo leo tu blog y me digo, qué bien que mi delegado favorito te tenga a su lado, y qué peaso de psicóloga van a tener los londinenses (la tienen ya, pero hay que darles tiempo para que te descubran, sólo un poquito)

Un beso muy fuerte

Don Val dijo...

Mi súper socia/ejecutivísima favorita!!!

Yo también perdí la tristeza enquistada. De vez en cuando, me viene toda junta, y me duele muchísimo durante unas horas, y después se va plácidamente por donde ha venido.

Lo que más echo de menos de eso, es que desde que me empeño en ser más feliz, deje de escribir...

Chichabel dijo...

Alfons, estoy convencida de que se puede escribir desde la alegría, lo que ocurre es que en esos momentos es más difícil sentarse a hacerlo. Más difícil porque no apetece, porque se quieren aprovechar esos momentos al máximo.

Opino lo mismo que Neruda aquí

Simplemente, equivocamos los pasos...